sábado, 1 de noviembre de 2014

Se esfuma la esperanza


UAI Urquiza dejó pasar una oportunidad inigualable ante Villa San Carlos. Ganaba 1 a 0, con gol de Raúl Pérez (de penal). Pero en el complemento lo empató Héctor Morález y lo dejó al Furgón a cuatro puntos del reducido, con nueve en juego. 


Había mucho en juego por ambos lados. UAI Urquiza necesitaba acercarse al reducido. Villa San Carlos a la punta de la zona. Y se notó en el comienzo, donde ninguno quería ceder un centímetro y regalarle la oportunidad al rival.

Parecía que el partido iba para ser chato y aburrido. Hasta que apareció la mano de un jugador de Berisso, tras el remate de Ariel Viegas, que le dio la chance al local de ponerse en ventaja, desde el punto penal. A los 19 minutos, Raúl Pérez lo transformó en gol.

A partir de allí, San Carlos se adelantó en la cancha y fue más que su rival. Pero todos los intentos llegaban flojas a las manos de Igancio Pietrobono, o se desviaban por mucho. Le faltaba el toque final nomas para conseguir el empate.

El complemento comenzó con la misma tónica con la que había terminado la etapa inicial. Y peor aún para el Furgón, porque las llegadas cada vez eran más peligrosas. Cuanto más avanzaba la visita el local más se retrasaba. Y eso quedó a la vista cuando Guillermo De Lucca decidió sacar a Raúl Pérez por Claudio Leguizamón (amonestado al minuto de que entró a la cancha).

La estrategia del equipo de Villa Lynch salió tan mal que, a los 18 de la etapa final, y tras una serie de rebotes en el área, Héctor Morález define sin problemas para igualar el marcador.

Recién con la presión del marcador y la tabla de posiciones, UAI Urquiza se animó a salir de la pasividad y presionó arriba. Lo pudo ganar gracias a los píes de Gabriel Garcete. Sin embargo desperdició un mano a mano casi que increible ante Gastón Sessa, quien vio como se iba la pelota apenas por su palo izquierdo.

También lo pudo ganar con dos centros más que cayeron en el área de San Carlos y conectaron con la cabeza de un jugador de Urquiza. No fueron goles porque hubo, en ambos casos, un jugador de Berisso en la línea para salvar.

Inmediatamente a esas dos jugadas pegadas, se produce la situación insólita del partido. Leguizamón le pega una patada criminal a Héctor Morález, recibe la segunda amarilla y, 22 minutos después de haber ingresado, el volante izquierdo del Furgón se fue expulsado.

A partir de allí entró en la desesperación el equipo de De Lucca y nunca más consiguió tener una aproximación clara. Con más intenciones que juego, trató de provocar alguna jugada que desequilibre el marcador. Pero todo fue inutil.

Un empate final que lo deja a UAI Urquiza a cuatro puntos de la zona del reducido, con apenas nueve puntos en juego. El panorama es cada vez más complicado y el sueño de un nuevo ascenso comienza a perder fuerza.

Emanuel Edorna

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