Eso es lo que dejaron las chicas que dirige Germán Portanova para vencer por 2 a 1 a River Plate en el Monumental. Mariana Larroquette había puesto en ventaja a las millonarias. Mariana Gaitán y Micaela Cabrera dieron vuelta el marcador.
Un grupo de chicas que hacen un esfuerzo sobrehumano para poder jugar al fútbol, y que lo hacen por el solo amor que le tienen a la redonda, merecían tener un triunfo de esta índole.
El rival de enfrente no era para nada sencillo. River soñaba todavía con campeonar, y no podía dar un paso en falso. Ya contamos, además, todo lo que generaba en personas especificas el rival. Por eso solo hacía muy atractivo.
De entrada la cosa se complicó bastante con el gol de Larroquette para el Millo. Pero luego las furgoneras comenzaron a inclinar la cancha a su favor y llegaron al empate gracias a Mariana Gaitán.
A partir de allí el partido fue decayendo y entrando en un pozo del cual costaba salir. Se jugaba con muchas ganas, poco orden y sin ideas claras. Solo hubo tiempo para que Laurina Oliveros salve una chance que tuvo River en los pies de Fabiana Vallejos.
De entrada volvió a empezar mejor el local. Mercedes Pereyra pudo poner al frente a su equipo, pero la pelota que empujó tras el centro apenas se fue por el palo izquierdo. Poco después Florencia Bonsegundo encaró sola al arco para las de Villa Lynch, sin embargo se le anticipó Gabriela Gartón, la arquera Millonaria, para alejar el peligro.
Pasados los 30 del complemento, las piernas comenzaban a ceder y el cansancio se hacía presente. Portanova apostó a poner una delantera más fresca adelante. Por eso ingresó Micaela Cabrera, de tan solo 16 años.
La apuesta del nuevo DT de UAI Urquiza dio su fruto apenas cuatro minutos después, cuando un pase profundo llega a los pies de Cabrera, Gartón sale mal y le cede el arco vacío a la juvenil para poner el 2 a 1.
Cerca de los 40 se iría expulsada Luana Muñoz para las locales y la cuestión parecía sentenciada. Aunque pudieron empatarlo en la última con un tiro libre indirecto en área de Urquiza. No supieron concretar la jugada y le cedieron el triunfo a un Furgón repleto de alegría.
El objetivo del campeonato, más con el triunfo de Boca ante San Lorenzo el sábado, ya es casi una utopía. Pero nadie le quita lo bailado a este grupo de jugadoras que luego de un verano complicado merecían una victoria de esta magnitud. No les pesó lo sentimental. Y, con la mente puesta en lo que viene, trabajarán en busca del mejor juego y equipo para, en corto plazo, poder volver a gritar campeonas.
Emanuel Edorna
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