lunes, 5 de septiembre de 2011

La fiesta agónica


UAI Urquiza venció a Sacachispas por 2 a 1 en el quinto minuto de descuento. El Monumental de Villa Lynch fue una verdadera fiesta. Te contamos como vivieron los hinchas la previa, el desarrollo y el post encuentro. ¿Los periodistas? También te decimos como se vivió y se trabaja en la zona de prensa del club.


La mañana del domingo comenzó con mucho frió (10º) y una fuerte lluvia que hacía peligrar el normal desarrollo del encuentro. Pero ese peligro se fue disipando con el correr del tiempo. Los empleados que mantienen el césped del Club Deportivo UAI Urquiza hicieron un gran trabajo. La cancha estaba en condiciones para jugar.

Con el frío latente y un cielo absolutamente gris, los jugadores de ambos equipos salieron al campo a realizar los movimientos de precalentamiento. Mientras que ni un alma furgonera estaba en la tribuna a media hora del arranque del juego. Solo salía humo del puesto de hamburguesas y choripanes. El hombre, vestido con la casaca celeste, blanca y bordó, ya estaba listo para jugar su propio encuentro.

En el palco de prensa se iban acercando todos los colegas del ascenso. Ninguno quería salir de allí. Todas las ventanas corredizas estaban cerradas, menos una para la cámara de la televisión. Los periodistas de gráfica tomaban nota de los jugadores que saldrían desde el arranque y se acomodaban en las mesas, estilo escuela, con sillas de plástico. El que no llegó a tiempo tenía que verlo parado. La radio, también presente, probaba el sonido y hablaba con su compañero en estudios centrales para que todo salga 10 puntos.

Mientras los equipos salieron a la cancha, hicieron el saludo Fair Play y realizaron un minuto de silencio (en memoria de los juveniles de barracas que murieron en el accidente automovilístico de ayer), iban entrando los 200 hinchas que presenciaron el partido. Todo en apenas cinco minutos.
La banda del furgón estaba muy tranquila los primeros instantes. Pero a los 5 minutos llegó el gol de la visita. En el banco de suplentes del lila saltaron todos los jugadores hasta el borde de la cancha para festejar la conquista. En ves de silencio se escucho un grito de guerra por parte de los hinchas: “Vamo vamos el furgón, hoy te vinimos a alentar, para ser campeón, hoy hay que ganar”.

La gente alentó durante todo el primer tiempo, porque el equipo era protagonista todo el tiempo e ilusionaba con el empate. Pero ese aliento a los jugadores se transformó en insultos y bronca contra el árbitro, Pablo Giménez, que en 10 minutos le anuló un gol a Jorge Coria por una supuesta mano y no cobró un claro penal sobre Héctor Amarilla. Luego los alientos volvieron. Pero Giménez se fue resguardado por la policía al entretiempo por precaución. Los hinchas pegados al alambrado le decían de todo, menos un halago.

En el entretiempo, “La banda del furgón” seguía cantando como si el partido nunca se hubiera detenido. El resto de los hinchas vaciaron la tribuna para hacer fila en el baño o en la parrilla para comprar un choripán. Era casi el mediodía, es decir, la hora del almuerzo. Por su parte, los periodistas recibieron de un colega una revista con información sobre el ascenso. No paso un minuto de esto que la gente de prensa del club les trajo el almuerzo a los encargados de cubrir el partido. Sándwiches de miga y gaseosa para todos. En dos minutos la bandeja estaba vacía. Había hambre de ver más fútbol.

El partido seguía dominado por el conjunto de Villa Lynch. Con el correr de los minutos la ansiedad aumentaba en los hinchas. Hasta que llegó la tranquilidad con el zapatazo de Jerónimo Quillutay y la locura de los hinchas. Y luego la explosión que dejaría sin voz al relator oficial de UAI Urquiza. En el minuto 50 del segundo tiempo Mariano Romero, de cabeza, pone el definitivo 2 a 1. Eran todos abrazos en el banco, menos el técnico Guillermo De Lucca que estaba paradito mirando los festejos sin hacer ningún gesto de alegría, al estilo Marcelo Bielsa.

Una vez que se terminó el partido todos los jugadores en el centro se abrazaron y formaron una montaña humana cuando los suplentes se acercaban y saltaban encima de los que estaban dentro del campo. Los hinchas cantaron, saltaron y festejaron hasta diez minutos después del partido. Hasta que obviamente llegó la policía y los retiró de la tribuna.

Los muchachos de prensa, en tanto ya se habían trasladado a la zona de vestuarios, donde iban a buscar la palabra de los protagonistas. Fueron cien metros caminando a buscar a los héroes de la mañana. En el medio había amigos y familiares que se mezclaban. Todo fue alegría. La punta del campeonato quedó en San Martín.


1 comentario:

  1. Correcciones:
    El posteo no responde a ninguna de las consignas. Está bien que suban todos los posteos que quieran, pero no pueden faltar los que pedimos, esos son los que evaluamos.
    El texto no es una nota color, para eso deberías haber analizado algo en particular de lo que describís al principio.
    Pero tampoco es una crónica, aunque parece intentarlo. Para ser una crónica debería tener un eje definido de lo que quiere contar y mayores descripciones.
    El comentario de un partido no es una crónica.
    Hay que estar más atento a las consignas.
    El título no tiene fuerza y no está relacionado con el texto, que habla de demasiadas cosas.
    El texto está bastante bien redactado, pero siempre hay que releer. Lo central, de todos modos, es cumplir la consigna.

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