Los medios de comunicación no le dan mucha importancia en sus agendas al fútbol femenino. Pero "El furgón universitario" estuvo presente en una de las epopeyas del año, y que quedaran reflejada en la memoria de 11 jugadoras y todo un plantel detras. Esta es la historia de UAI Urquiza 3 San Lorenzo 2.
Esta historia arrancó el sábado en Rancho Taxco, cuando se jugaron 62 minutos del partido. La lluvia, los rayos, las ráfagas y la poca visibilidad hizo imposible el normal desarrollo del juego. Antes de la suspensión, Belén Potassa había adelantado a las "Furgoneras", en tanto que lo habían dado vuelta Noelía Espíndola y Debora Molina.
Con este panorama, las protagonistas se volvían a encontrar cuatro días después, pero en el Estadio Monumental de Villa Lynch. Había que recuperar 28 minutos, dividido en dos tiempos de 14.
Sin perder tiempo, y con la seria intención de comerse viva al rival, las chicas que dirige Germán Portanova salieron en busca del empate. Sabían muy bien que el único resultado que les servía era el triunfo.
En siete minutos, a las Furgoneras ya le habían sacado dos pelotas en la línea y se habían perdido un gol tras un cabezazo solitario de Paula Ugarte. El equipo entró en la desesperación de los minutos que corrían y no concretaban en resultados las superioridad.
Finalmente, a los 15 minutos, Florencia Bonsegundo conquistó el gol del empate, que le daba aire y vida nuevamente en el campeonato a UAI Urquiza. En un clima tenso, producto del constante acoso del público visitante contra el árbitro, se desarrollo un segundo tiempo intenso.
Y con ese ímpetud y garra que las caracteriza, las Furgoneras encontraron el gol del triunfo en los píes de Belén Potassa, que encaró a la portera y se la sacó de encima sin problemas.
Tras el gol del 3 a 2, la cancha se inclinó de lado y la tensión seguía subiendo cuando el final se acercaba. Los nervios crecieron en las jugadoras del Ciclón, que Taker se fue expulsada tras un codazo en el área a una de las defensoras celeste.
Para seguir subiendo la adrenalina, el árbitro vio que se debían jugar cinco minutos más. Era defender con garra y corazón. San Lorenzo se la jugaba con los pelotazos. Sin embargo encontró a Laurina Oliveros muy segura en cada salida.
Quedará para la anécdota lo mal que definió la última jugada del partido Paula Ugarte, que era para liquidar el partido y dejar de parir tanto este resultado.
Cuando el juez dio el pitazo final, la explosión del banco de suplentes se hizo sentir. Un abrazo emotivo de todas juntas en el circulo central hacía anunciar un triunfo histórico para este humilde equipo de Villa Lynch.
Ahora habrá que esperar a febrero, cuando se pueda concretar en resultado lo que este plantel buscó durante todo el 2014: ser campeonas.
Emanuel Edorna
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